Hemos oído cientos de veces eso de que ‘atraes lo que eres’. Desde un punto holístico y espiritual está más que aceptado, pero en esta afirmación hay otros aspectos menos energéticos y más enfocados al inconsciente y a la mente que abren otros puntos de vista. Y en estos últimos he decidido centrarme.

En nuestra vida nos hemos preguntado probablemente en varias ocasiones qué había en nosotros para atraer a personas que nos han hecho tanto daño y que para nada se parecían a nuestros valores o forma de ver la vida. En cambio, con el paso del tiempo esta pregunta se responde por sí misma y en algunos casos tomamos consciencia y vemos que en ellas había mucho de nosotros que nunca quisimos admitir por el simple hecho que nos hacían daño. Aquí hablamos de atracción por similitud, es decir, hemos atraído a una persona en nuestra vida, bien sea pareja o amigos, que nos ha sacado de quicio, o nos ha hecho potenciar nuestros talentos, y que era un espejo para nosotros aunque en un primer instante no supiéramos verlo.

Normalmente estas personas aparecen para que avancemos en nuestra vida y sanemos aspectos que teníamos enquistados. Suele pasar que criticamos algún comportamiento de esa persona ante nuestro círculo cercano y, si este es sincero y no adulador, será capaz de indicarnos si aquello que criticamos también forma parte de nuestra conducta para que podamos verlo un poco más claro. Esto es especialmente frecuente en las relaciones de pareja, cuando el comportamiento de nuestra pareja nos molesta y no lo entendemos cuando realmente también adoptamos la misma postura ante la misma circunstancia. Que esto nos moleste de fuera hará que miremos dentro y podamos cambiar muchas actitudes y transformarnos.

Pero luego está la atracción por oposición, que son estas personas que elegimos en nuestra vida, que nada tienen que ver con nosotros, pero que hemos elegido de forma prácticamente inconsciente siguiendo un patrón repetitivo o viendo en esa persona el confort de que represente patrones que has aprendido en tu ámbito familiar, aunque fueran negativos para ti (te invito a que amplíes con este artículo de Aurelio). Estas personas nos van a desequilibrar y desestabilizar y no entenderemos por qué las hemos elegido si en nada se parecen a nosotros, y sus comportamientos, además, nos resultan tóxicos. Puedes ser una persona buena, noble y amorosa y que quien hayas elegido sea frío, distante e incapaz de sentir amor del mismo modo que lo sientes tú; puedes ser una persona respetuosa y comprensiva y tener enfrente a alguien que te juzga y solo escucha su propio criterio.

En este sentido, ese ‘atraes lo que eres’ deja de funcionar, y es importante recalcarlo en algunos casos señalados como sucede con el maltrato psicológico o físico o personalidades tóxicas como los narcisistas, que eligen presas que tienen justo todo lo que ellos no poseen. De nada servirá a esas personas que sufren estas telas de araña decir que han atraído lo que ellas son, sino que será mucho más útil hacerles entender que han copiado un patrón o que su falta de amor hacia sí mismas ha hecho que enfrente la vida les ponga a alguien que no las ame para que transmute esa carencia y pueda ser mucho más feliz.

En el caso de atracción por similitud, pueden convertirse en parejas sanas y duraderas si dejan sus egos  a un lado y trabajan en la misma dirección, con comprensión y mirándose dentro antes de mirar al otro. En la atracción por oposición, lo mejor es darse cuenta lo antes posible de qué carencia tenemos que ha hecho que elijamos este perfil que en nada se parece a lo que queremos realmente en nuestra vida para poder empezar de nuevo.  Es importante indicar que hay que distinguir la elección por oposición a nivel inconsciente del hecho de que nuestra pareja no sea igual que nosotros pero se viva desde el respeto, la aceptación y la sintonía entre ambos de forma sana, completándose uno con el otro. 

Y tú, ¿qué tipo de atracción has experimentado en mayor medida en tu vida?