Análisis, Con los ojos abiertos

Cuando el fervor nos hace perder el respeto

cuando el fervor nos hace perder el respeto

El Benidorm Fest ha conseguido lo que quería: no ser olvidado. La crítica a la ‘no favorita’ por la audiencia debería hacernos reflexionar lo derrotistas que somos con nuestros propios artistas

Foto: El País

Sin duda el Benidorm Fest ha conseguido lo que quería: ser recordado. Y lo hará no por la variedad de propuestas, no por unas semifinales para todos los gustos y con artistas desconocidos que han tenido un escaparate enorme para ver la luz, sino por la división de los espectadores entre quién debía ganar y la crítica masiva a Chanel, quien finalmente lo hizo.

Ya sucedió al finalizar la primera semifinal, cuando la vocalista (con un currículum artístico de vértigo, por cierto) pasó como la más votada a la final: las redes clamaban a la voz de ‘tongo’, se acusaba a TVE de amañar el concurso y se empezaba a tirar por tierra a esta candidata. Ayer sucedió igual y tan solo unas horas después de conocer a nuestra representante en Eurovisión sigue la polémica.

Estaba claro que la cosa iba a estar entre mujeres este año: por un lado el folk gallego de Teixugueiras con ‘Terra’ que mostraba algo muy novedoso para España y la integración de diferentes lenguas en la cultura del país (a mí se me iba la mente al ‘Wild dances’ que en su día ganó); Rigoberta con su ‘Ay, mamá’, un himno feminista que ha venido para quedarse que tenía a la teta como protagonista y, por último, Chanel con su ‘SloMo’, una propuesta dance que para España es poco habitual pero que Europa está acostumbrada a ver (recordemos ese ‘Fuego’). Ante tres defensas tan diferentes, la batalla de opiniones estaba asegurada.

Deberíamos empezar a distinguir ya eso de que aunque una propuesta nos guste mucho, no quiere decir que sea la mejor y que por eso las demás no valgan. El fervor se está comiendo el respeto y eso no se debería tolerar.

No me sorprende lo que está sucediendo hoy, que es tirar por tierra a una artista que defendió un tema pegadizo y con una puesta en escena que quien se atreva, por favor, que pruebe a hacerla a la vez que canta. Me gusta documentarme sobre quiénes estaban encima del escenario y lo que ha conseguido esta chica es encomiable. Deberíamos empezar a distinguir ya eso de que aunque una propuesta nos guste mucho, no quiere decir que sea la mejor y que por eso las demás no valgan. El fervor se está comiendo el respeto y eso no se debería tolerar.

Trabajamos muy poquito la sororidad, aunque nos llenemos la boca predicándolo. Sea tongo o no (aquí cada uno juzga según si el resultado es el que les gusta o no o anteriores experiencias en estas pruebas selectivas), no hay derecho a hacer que una persona que está cumpliendo un sueño se encuentre críticas por todas partes. ¿Nos estamos poniendo en su lugar? ¿Sabéis lo que supone en sí la vida de un artista y lo difícil que es llegar hasta allí? Seguimos siendo críticos de sofá y tenemos que empezar a cambiar esto.

Deberíamos sentirnos orgullosos de que por primera vez nos hemos acercado a artistas muy grandes que apenas tenían repercusión y que sin duda no serán olvidados, a diferencia de otros candidatos en anteriores galas en TVE. Eurovisión nunca nos ha tratado especialmente bien, aunque hayamos llevado propuestas como Ruth Lorenzo y Pastora Soler, que sin duda tenían el nivel como para ganar. También porque por primera vez en muchos años, todos estábamos enganchados a la TVE con ilusión por este certamen.

Dejemos de enfrentarnos unos a otros y de machacar a quienes con su trabajo y esfuerzo están llegando hasta ahí.

Seamos más respetuosos

Lydia Martín

Periodista, comunicadora e inspiradora. Especializada en PNL. Directora de VivirConLosOjosAbiertos

Mira aquí todos los artículos de Lydia Martín

¡Comparte este artículo!