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Descubriendo las dos Oretanias

Descubriendo las dos Oretanias

Los oretanos fueron un pueblo prerromano principalmente conocido por su gran resistencia frente a la invasión de las tropas cartaginesas de Amílcar Barca y Asdrubal el Bello.

Hacia el siglo VII a. C., cerca de las actuales Montiel, Valdepeñas, Almagro, Linares, Úbeda y La Carolina, habitaban los oretanos: un pueblo prerromano que moraba en los denominados oppidum, un conjunto de ciudades estado organizadas como una confederación, tal y como es mencionado por los autores clásicos como Polibio, Ptolomeo o Estrabón. Orissia, la actual Vilches, era su ciudad principal, que fue destruida posteriormente por las tropas romanas, dando como resultado la famosa Vía Hercúlea, que unirá Alicante con la actual ciudad Cartagena.

Tras su declive, la capital de la región fue Cástulo, la actual Linares, de la que destacamos su gran explotación minera que propició el comercio con fenicios y cartagineses. Y con el paso de los tiempos se convertirá en un lugar de abastecimiento de Roma, proporcionándole diferentes materias primas.

Situada en la actual Sierra Morena, Cástulo era la ciudad más grande de la Oretania. Según los escritos de Plinio el Viejo, Cástulo era una de las dos Oretanias, pues una se ubicada al sur de Sierra Morena, con numerosos santuarios en sus proximidades que fomentaban la peregrinación a estos lugares de culto. De entre su población destacamos al gran guerrero Orisón, quien consiguió sitiar a los cartagineses en Heliké, venciendo a Amílcar Barca hacia el año 230 a.C.

Diodoro Sículo relata cómo Orisón utilizó una estrategia para romper las filas de los cartagineses: trajeron toros a los que impregnaron con brea sus astas y embravecidos, los prendieron y lanzaron la manada contra los elefantes cartagineses, creando un estruendo caos entre sus filas. Sin embargo, otros autores como Polibio no mencionan este hecho en sus crónicas, a pesar de ello la estrategia utilizada fuera como fuese supuso una gran victoria para los oretanos.

Diseño creado por Balder Muñoz de la Batalla de Heliké

 

Según las crónicas de Silio Itálico, en concreto en su poema Púnica, el matrimonio entre Aníbal e Himilce, hija del rey de Cástulo, Mucro, supuso finalmente la unificación entre los cartagineses con los oretanos.

La otra Oretania, citada por Plinio y Ptolomeo, era de origen germánico y se ubicaba en el norte, muchas veces confundida con la Celtiberia del río Guadiana, pues para muchos autores griegos no existían diferencias entre la multitud de pueblos celtas, tanto si eran celtíberos o célticos. Esta civilización norteña con algunos matices celtas ocuparía el norte de Sierra Morena con su capital situada en Oretum Germanorum, la actual Granátula de Calatrava, y habrían emigrado desde época de las grandes oleadas indoeuropeas.

Mezcla cultural y étnica

El mundo oretano se caracteriza principalmente por su mezcla cultural y étnica entre los diferentes pueblos como los turdetanos o los celtas, gracias a la expansión del comercio mediante esas amplias rutas tan codiciadas por los cartagineses y posteriormente por los romanos, además de por esos recursos mineros que propiciaron una gran exportación de exvotos y figuras, por ejemplo del león, el lobo o la esfinge, que poseían una simbología principalmente vinculada a la muerte.

Estas esculturas funerarias encontradas en las distintas excavaciones demuestran el gusto por el lujo de sus clases aristocráticas. Por otra parte, la gran influencia oriental se encuentra patente en los restos de cerámica realizada en torno y su artesanía en bronce procedente de los distintos lugares de culto.

Con todo ello, aún queda mucho por sacar a la luz, pues la mayoría de fuentes son de crónicas externas a la Península, y tanto los yacimientos, la lengua o los caracteres jeroglíficos siguen a día de hoy sin ser descifrados. Son muchos los hallazgos que quedan por descubrir, y mucha historia que debería ser estudiada, pues mientras nuestro pasado siga bajo tierra, poco sabremos de nuestras raíces y tan sólo nos tendremos una visión subjetiva, ajena e incluso mitificada de nuestra civilización.

Balder Muñoz

Historiador y artista

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