El amor es una decisión
el amor es una decisión
Cualquier tipo de amor necesita permanecer en la decisión firme de amar a otro, comprometiéndose a demostrarlo y a satisfacer esa necesidad del alma de sentirse amada

El amor -o más concretamente sentirnos amados-, es una de las cinco necesidades del alma, por lo que es lógico que siempre deseemos sentirnos amados. Pero cuando hablamos de amor de pareja, estamos tan acostumbrados a la versión del amor que nos muestran en el cine, en los cuentos e incluso de forma social, que nos perdemos en un amor de impulso, salvaje, animal, de emoción y de química olvidando otros aspectos importantes que le afectan.
Como seres humanos buscamos estar en sociedad, en tribu, en contacto y cercanía desde que nacemos. La cosa se complica muy rápido cuando alrededor de los 3 ó 4 años empezamos a entender que el mundo funciona en forma de pares, aparece el deseo de buscar nuestro par, nuestra pareja, porque si no nos sentimos distintos a los demás, esto reforzado con la necesidad de nuestra alma de sentirse amada.
La media naranja que nos completa
En realidad no somos naranjas, ni mucho menos estamos incompletos; pero por lo que se nos transmite de forma sutil, subliminal, encubierta y muy a menudo explícitamente, creemos que es real. No solo en anuncios, cuentos sino lo que vemos día a día, mamá y papá, abuelo y abuela, tío y tía… logran que terminemos creyendo que sí, que estamos incompletos si estamos solos, pero esto en realidad es solo una creencia.
Por suerte cada día hay más familias con distinta configuración que se muestran abiertamente de forma que los niños empiezan a crecer en un mundo donde las parejas se separan, donde un compañero solo tiene una mamá porque es madre soltera, otro tiene dos mamás o dos papás, etc., liberando un poco esa presión por juntarse en pares. Y aún así me temo que no es suficiente para que el cambio sea en todos.
La química del amor y los sentimientos
Al explicar el amor, sobre todo el amor de pareja o romántico, se pone el foco en la parte más biológica del amor, la parte de la química hormonal que nos produce ese sentimiento de enamoramiento, sobre todo al comienzo de una relación. Estas hormonas ayudan al inicio de la relación buscando una mayor cercanía con el otro, un mayor contacto para sostener ese bienestar que nos producen en el cuerpo y para llenar esa necesidad de mi alma de sentirse amada. Pero la química del amor no puede ser solo algo hormonal, sobre todo porque si eso fuera así se vería realmente afectado el enamoramiento con los ciclos de la mujer, existiendo días de “no te amo en absoluto”. Puesto que esto no pasa así, no podemos decir que el amor es solo química hormonal y sentimientos hacia alguien.
La decisión que lo cambia todo
El amor debe expresarse en hechos; si no, no nos sirve de nada. Aquí es donde entra el componente más importante del amor y el que muchos olvidan: la decisión. Es una decisión que comienza acompañada de emociones y sentimientos que lo facilitan, pero el amor es una decisión que requiere compromiso. Es difícil que el amor sobreviva conforme se apaga la química hormonal y los sentimientos; requiere de la decisión y compromiso de mantenerlo y conservarlo. Para ello es importante el tiempo que le dedicamos, los detalles, saber escuchar al otro, abrazar, besar… y sobre todo decirlo no solo con palabras. Se suele pensar que con decir te amo es suficiente y no, no es suficiente: el alma necesita saberse amada y eso requiere de no solo calidad, sino también cantidad para que se nutra esa necesidad. Requiere de presencia en el ‘nosotros’, estar juntos por y para ese amor, porque si no, lamentablemente, el amor puede morir como cualquier otro proyecto. Así pues, el amor de pareja, o de cualquier otro tipo, necesita permanecer en la decisión firme de amar a otro, comprometiéndose a demostrarlo y a satisfacer esa necesidad del alma de sentirse amada.
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