Emociones y autoconocimiento, Las emociones hablan

Emociones básicas para el alma

emociones básicas para el alma

Es curioso que tengamos 5 emociones primarias o básicas cuando nuestra alma tiene a su vez 5 necesidades básicas a cubrir. Entender la relación entre ambas nos puede ayudar a vivir una vida mucho más plena y con sentido.

El ser humano es capaz de sentir una amplitud enorme de emociones y sentimientos, aunque pocos sean capaces de identificarlos, clasificarlos y utilizarlos en su día a día, debido a que se ha cuidado poco su aprendizaje o divulgación en la sociedad. Recientemente es cuando se ha empezado a promover su estudio en las escuelas, a pesar de lo mucho que están presentes en nuestras vidas desde hace cientos de años.

¿Cuáles son las emociones básicas?

Las emociones básicas o primarias, es decir, las que primero aparecen, son miedo, tristeza, alegría, asco y enfado. Un bebé ya en el útero materno puede sentir estas emociones en su forma química hormonal, ya que viajan por el torrente sanguíneo de la madre hasta el bebé. Toda emoción tiene su sentido, su para qué; un propósito y una finalidad concretas, por lo que no están o surgen porque sí. Es por eso importante entender que mensaje de acción lleva esa energía emocional que nos produce cada emoción.

Es curioso que tengamos 5 emociones primarias o básicas cuando nuestra alma tiene a su vez 5 necesidades básicas a cubrir. Entender la relación entre ambas nos puede ayudar a vivir una vida mucho más plena y con sentido.

¿Una emoción para cada necesidad del alma?

Emoción básicaNecesidad del alma
Miedo Seguridad
Enfado Identidad
Alegría Amor
Tristeza Aceptación
Asco Reconocimiento

Las necesidades del alma se satisfacen a través de nuestras relaciones con las personas. Del mismo modo, las emociones suelen generar una acción o comportamiento que expresamos y vivimos en interacción con el otro. Vayamos necesidad a necesidad enlazándola con la emoción que la motiva.

  1. Necesidad de seguridad: cuando no me siento protegido, siento que me puede faltar el sustento económico o alimenticio, o no veo claro qué se puede o no puede hacer porque la incertidumbre me rodea, aparecerá el miedo. El miedo busca ante todo que hagamos algo para sentirnos seguros de nuevo, para satisfacer esa necesidad del alma. A veces simplemente con tener información que aclare la incertidumbre, o recordar los recursos que se tienen para afrontar lo que asusta, es suficiente para aplacar ese miedo.
  2. Necesidad de aceptación: el alma necesita sentir que es aceptada simplemente por ser, incluso por uno mismo. Por eso cuando uno pierde algo: relación, persona, trabajo, casa… suele aparecer la tristeza que solo irá disminuyendo a medida que aceptemos lo que sucede y nos sintamos aceptados en nuestro dolor o pérdida; sin tener en cuenta lo que tenemos o hacemos, sino sintiendo que nos aman y aceptan a pesar de lo que se ha perdido.
  3. Necesidad de reconocimiento: el alma solo quiere ser reconocida como tal, más allá del sexo que encarne, la que la religión que tenga, etc. El asco sería la emoción asociada: solemos sentir asco y rechazo hacia personas que nos hacen sentir que somos menos valiosos por cualquier condición. El asco es una emoción muy ligada a la vergüenza y, por lo tanto, es algo más social y se ve afectada por la cultura de donde vivimos. A pesar de la complejidad de esta emoción, su finalidad es la de protegernos de sentirnos no reconocidos, de ser juzgados o dejados de lado. Nos invita a alejarnos de aquellas personas o situaciones que nos perjudicarían.
  4. Necesidad de amor: solemos sentirnos amados cuando podemos compartir con alguien, para eso está la emoción de la alegría que nos empuja a conectar con otros y a celebrar. En la medida en que puedo compartir mi alegría con los demás puedo llenar mi necesidad de sentirme amado en ese intercambio con los otros.
  5. Necesidad de identidad: el alma quiere poder ser como es, siendo única, pensar diferente a los padres o a la sociedad en la que ha nacido. Desea que su identidad sea respetada y tener la sensación de ‘poder ser’. El enfado aparece cuando no me siento libre de ser o hacer algo que deseo. Es muy curioso que los enfados y las rabietas tomen auge cuando el niño o niña empieza a desarrollar su autonomía, a construir su identidad como algo separado de su madre. Con el enfado queremos marcar un límite al otro o a nosotros porque no se nos permite ser.

Ahora que sabes para qué existe cada emoción y cómo se relacionan con las necesidades del alma, quizá sea el momento de escuchar atentamente qué sentimos para ver qué necesitamos darnos que no nos estamos dando, de forma que podamos vivir más conscientes, libres y plenos siendo un alma feliz de poder ser.

Sabina Serrano Pelegrín

Psicóloga especializada en primeras heridas emocionales

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