Con los ojos abiertos, Tomando conciencia

Equipo de rescate

EQUIPO DE RESCATE

En los días más oscuros, cuando perdemos el apetito y solo el hecho de ponerse en pie es un auténtico sacrificio, aparecen esas personas que, sin pensarlo, se plantan en la puerta de tu casa para comprobar que estás bien, se tumban a llorar contigo y te dan su apoyo incondicional.

Todos necesitamos que nos rescaten alguna vez. Por muy fuertes o autosuficientes que nos creamos y hayamos demostrado ser, la vida nos va poniendo nuevos retos que nos tumban, que nos dejan sin poder levantarnos de la cama. Hay veces que nuestro diálogo interno sale fuera y nos deja en un bucle de búsqueda de explicaciones que repasa la historia, una y otra vez, hasta tal punto que te hartas de ti mismo y prefieres aislarte para que nadie comparta tu dolor, para no hacerte pesado con tu historia.

Si algo nos ha demostrado la vida es que tenemos que rodearnos de personas que nos amen de forma incondicional, que están ahí en cualquier momento, dispuestas a darte abrazos infinitos, recordarte lo importante que eres para ellos, y soltarte algún que otro ‘te quiero’ y ‘estoy orgullos@ de ti’, por mensaje o por voz.  Son personas que te cogen la mano y te dicen que venga lo que venga, que están ahí, y que te ayudan a salir de esta y las que queden por llegar. Y hay momentos en los que eso es una auténtica medicina.

En los días más oscuros, cuando perdemos el apetito, se nos caen los kilos a pares en cuestión de días y solo el hecho de ponerse en pie es un auténtico sacrificio, es cuando aparece el ‘equipo de rescate‘. Son esas personas que, sin pensarlo, se plantan en la puerta de tu casa para comprobar que estás bien, se tumban a llorar contigo y te dan su apoyo incondicional. Y lo hacen sabiendo que escucharán durante horas la misma historia, te verán hundido y no podrán hacer más que estar ahí mientras todo pasa. Incluso que desoirás todos los consejos que te den en cualquier cambio imprevisto de situación. 

Su valor es aún mayor si tenemos en cuenta el rol que han desempeñado en algunas de esas duras situaciones: han visto que ibas en un camino directo al sufrimiento asegurado y en ningún momento han juzgado tus pasos; solo han permanecido a tu lado, sin hacer comentarios, apoyándote en todo y dispuestos a rescatarte si todo sale mal. Y cuando sucede, cuando te rindes ante la evidencia y el dolor que te parte en dos, aparecen de todas partes para amortiguar el golpe con la magia de sus palabras. 

Personas con luz

Hay gente luminosa por todas partes. Se encuentran mayoritariamente en nuestros amigos, porque los elegimos en el transcurso de nuestra vida. Son amistades forjadas en la admiración mutua, sabiendo lo mejor y peor del uno y del otro y siendo conscientes de que no siempre será fácil, pero que estarán ahí. Muchas veces, esa gente luminosa también es nuestra pareja, capaz de saber nuestras taras y valorar lo que somos por encima de eso, dándonos un apoyo incondicional y demostrándonos que somos la persona con la que quieren compartir los vaivenes de la vida, aunque tenga sus más y sus menos. Otras veces nos topamos con ellas de forma accidental y apenas compartimos minutos, segundos, horas o días. 

Sabrás distinguir a estas personas porque te mostrarán su admiración hacia lo que tú eres, hacia tu personalidad y lo que has forjado, y te la reforzarán ante cualquier ataque para recordarte quién eres y lo que has conseguido. Y verás cómo se llenan de rabia si tu sufrimiento tiene algo que ver con un desmerecimiento a esa construcción. Son personas que comparten tu alegría y te acompañan en tu dolor, pase el tiempo que pase, se repita las veces que se repita.

Si tienes gente cerca que te hace crecer así y te valora por encima de todo, eso es una auténtica bendición. 

Este texto va por esas personas capaces de sacarte del pensamiento más aterrador y del momento de mayor desesperanza para recordarte. Gracias, gracias, gracias. Hace falta mucha gente como vosotros en el mundo. 

Lydia Martín

Periodista, cantante y escritora. Especializada en Inteligencia Emocional y PNL. Directora de VivirConLosOjosAbiertos

Mira aquí todos los artículos de Lydia Martín

¡Comparte este artículo!