La falsa espiritualidad
La falsa espiritualidad
Vivimos en un ‘boom’ de la espiritualidad que no siempre respeta el propio concepto en sí y lo desvirtúa por un beneficio económico. Aprende aquí cómo distinguirlo.

Son muchas las definiciones de espiritualidad que podemos encontrar si hacemos un barrido rápido en Google, pero prefiero abrazarme al concepto definido por Borja Vilaseca para transmitir que la espiritualidad es la conexión con el ser y la esencia de uno mismo, integrando cuerpo, mente y espíritu. Es el concepto de que todos venimos de la misma fuente, que todos somos uno y que todos estamos conectados. Es vivir en contacto con el presente, con el consciente.
La espiritualidad es un modo de vivir y de entender la vida al que muchos llegan tras una catarsis, tras un periodo duro o tras cuestionarse que las que llamamos ‘casualidades’ no existen. No tiene nada que ver con la religión, aunque muchos los relacionen; no es, tampoco, la pura interpretación de esa corriente ‘new age’. Y aquí es cuando todo eso se mezcla y se manifiesta lo que yo llamo la ‘falsa espiritualidad’.
En los últimos años ha habido un boom de este concepto de espiritualidad, de personas que la predican y que viven de ella. Como diría nuestra colaboradora Silvia Arenas, de falsos profetas o sepulcros blanqueados. Siguiendo las leyes de la espiritualidad de la India, cualquier persona puramente espiritual las llevará a la consciencia pura para conectar con esa frecuencia:
- La persona que llega es la persona correcta.
- Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido.
- En cualquier momento que comiences es el momento correcto.
- Cuando algo termina, termina.
La misión del artículo de hoy es dar una serie de claves que ayuden a entender quién sí está conectando con esa espiritualidad, quién la tiene integrada, con la finalidad de que si estás encontrando tu camino y poniéndote en manos de personas guías para que te ayuden, sepas elegir muy bien y no caigas en las manos del interés, que mayormente puede pasar por el aspecto económico.
Estas son las claves para distinguir la espiritualidad pura de la falsa espiritualidad:
CONCEPTO |
| ESPIRITUALIDAD CONSCIENTE |
La apariencia | Les suele obsesionar la imagen e invierten grandes cantidades de dinero en vestuario para verse bien. Muestran una vida perfecta en todos sus círculos, como amistades y familia. Les importa mucho lo que opinen de ellos y se esfuerzan en que haya una crítica muy positiva por todo su entorno y círculos cercanos, siendo excesivamente agradables. En sus redes sociales habrá constantemente mensajes de tipo espiritual y siempre en tono positivo | No dan tanta importancia a la imagen, ni a la apariencia. No les importa lo que opinen de ellos; simplemente ‘son’. Puedes verlos con una imagen cuidada o todo lo contrario. Se muestran naturales y no ocultan ningún aspecto de su vida. |
El dinero | Suelen tener tarifas muy elevadas para cualquiera de sus terapias espirituales, y te las ofrecen como milagrosas y únicas, prometiendo que te van a cambiar la vida. El precio suele ir por delante y en caso de que te aporten algo ‘solidariamente’, siempre buscan una contraprestación. Suelen invertir en propiedades costosas que exhiben con orgullo. | No les importa el dinero, y muchos de ellos viven disfrutando el momento, sin necesidad de acumular riquezas. Entienden que lo material es efímero y que lo que importa es nutrir el alma. Puedes verlos con grandes propiedades o con lo puesto para vivir, pero nunca se regocijan. |
El concepto de amor | Verbalizan el concepto de amor como ‘dar sin recibir nada a cambio’, pero a la vez afirman que todo lo que se da debe tener algo de vuelta para que ‘la energía esté equilibrada’ y reprochan lo que han aportado bajo el paraguas del ‘amor’. Hablan del amor y las parejas pero en su entorno privado suelen tener todo lo contrario a lo que exponen en su trabajo. Suelen crear relaciones de dependencia. | Aman y dan sin esperar nada a cambio, sin recordar lo que han dado por alguien, porque lo han hecho desde el amor más puro. Saben cuándo el amor no está relacionado con la pareja y cuándo es el momento de alejarse sin guardar rencor y sin reprochar. Aman de forma global a todos los seres humanos. |
La compañía | Se rodean de personas de las que pueden sacar algún beneficio, bien sea material o de imagen. Su círculo es bastante similar en cuanto a personalidades. Potencian a las personas de su entorno por sus talentos pero siempre porque obtienen alguna contraprestación. Dejan de hacerlo cuando no pueden sacar ningún beneficio. | Se rodean de todo tipo de personas, sin que le importe qué les aportan, sino qué van a aprender de ellas. Siempre querrán verte bien aunque ya no estés a su lado. |
El respeto al otro | Hablan constantemente de la ‘frecuencia’ de cada persona, pero como limitante. Solo se juntan con personas que consideran que están en su ‘misma frecuencia’, criticando a toda persona que se salga de ahí, o que no estén ‘a su nivel de consciencia’. | Aceptan todos los niveles de consciencia y las frecuencias de cada persona. Lejos de criticarla, la aceptan y entienden y hablan de ellos desde el amor, sin renunciar a disfrutar de su compañía, ya que consideran que siempre pueden aprender algo de ellos. |
Modos de vida | Trabajan con personas que tienen modos de vida totalmente diferentes en sus terapias pero no los quieren en su círculo. Pueden criticar a las personas que salen de fiesta, que beben alcohol de forma social o que hacen planes diferentes a ellos porque consideran que está en otra frecuencia. Juzgan el pasado de las personas como si el suyo fuera ejemplo y pueden incluso denigrar en el ámbito privado estos modos de vida. | Respetan todos los modos de vida diferentes y crean sinergias, sin ser excluyentes. Entienden todos los modos de vivir la vida y los respetan sin emitir juicio. |
Contacto con la naturaleza | No suelen conectar con una parte esencial para la espiritualidad como es la naturaleza de forma constante, pero sí en apariencia. No dedican tiempo a la meditación ni a desconectar para poder conectar con ellos mismos en entornos naturales. | El contacto con la naturaleza y la meditación es imprescindible, entendiendo la conexión con ella y que vienen de ahí. |
La maestría | Se ponen numerosos títulos espirituales, especialmente el de ‘maestros’, creyendo que reciben mensajes especiales que solo pueden interceptar ell@s y que su misión es lanzar el mensaje al mundo. | Se consideran eternos aprendices, no por una falsa modestia, sino porque rechazan la etiqueta de maestro de forma honesta (no de cara a la galería). |
El cuerpo físico | Consideran que su propósito obedece a un bien mayor y que está por encima de su propia limitación física y del cuerpo. No se permiten tiempo para descansar y siempre están desbordados justificando que su don o su misión de vida se lo exige. | Entienden que dentro de la espiritualidad hay que cuidar el cuerpo, y que tiene sus limitaciones en este plano, por lo que le dan descanso y pausa para poder seguir aportando su don al mundo en plena consciencia. |
Con estas señas, podremos empezar a distinguir si la persona en la que estamos confiando realmente está trabajando para ese ‘bien mayor’ que es la consciencia o si realmente busca un beneficio propio. Es importante distinguirlo por las secuelas que puede dejar cruzarnos con los perfiles de espiritualidad de este tipo, que resuenan más en el ego espiritual que en la consciencia. Hay que tener en cuenta que los perfiles de la falsa espiritualidad se mostrarán siempre encantadores para encontrar ese beneficio, por eso debes tener en cuenta esos puntos. Y siempre, siempre, guíate de tu instinto para ver qué hay debajo de esa imagen y si te aporta paz o ves que hay algo más oscuro detrás.
Muchos de estos profetas pasan de una situación de catarsis a llamarse maestros, siguiendo un modo de comportamiento que socialmente está entendido como espiritual pero que no llega a calar a niveles más profundos y por eso se vive de cara a la galería. Recordemos que el camino espiritual es un camino largo, de eterno aprendizaje, que no acaba nunca. Entendamos que el ego espiritual es el ego más potente y bastante frecuente y, simplemente, veamos dónde podemos ‘ser’ sin levantar los pies del suelo.
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