Análisis, Con los ojos abiertos

Niña, ¿Sabes que eres polvo de estrellas?

CUENTO

Niña, ¿Sabes que eres polvo de estrellas?

Cristina Martínez nos acerca la historia de una anciana que nos acerca a nuestro origen, a nuestro camino y a todo lo que sentimos cuando ponemos la vista en el cielo

Tumbada sobre la fresca hierba, miro al cielo y me parece tan bonito, con sus blancas y esponjosas nubes, su reluciente sol y su tímida luna escondida para no ser vista. Cierro los ojos e imagino que ha caído la noche y sigo mirando al cielo y me parece tan bello todo cubierto de estrellas; con su luna brillante y poderosa, feliz de mostrarse tal cual es, a veces plena, a veces menguada, pero siempre presente. El cielo siempre está ahí cuando alzo la mirada y una sonrisa se dibuja en mi cara.

Al sonreír recuerdo una bella historia que en unas vacaciones una anciana del pueblo me contó. Con una voz muy dulce y cantarina, sonriendo me decía:

Bella niña, ¿sabes que eres polvo de estrellas?

Seguramente no lo recuerdas, pero lo eres. Hace mucho tiempo desde el Cielo mirabas a la Tierra y querías bajar para pasear por sus verdes prados, por sus cálidos desiertos, por sus fríos glaciares y flotar en las aguas cristalinas de ríos y mares.

            Llena de ganas de vivir aventuras fuiste al libro de la Transformación Temporal y solicitaste poder realizar el viaje. La estrella encargada de este libro, te dijo que primero necesitabas la colaboración de otras estrellas que antes que tú habían decidido hacer ese mismo viaje. Una de esas estrellas te acogería dentro de ella cuando dejaras el Cielo y sería la puerta de salida a la Tierra. A esta estrella la llamarías mamá. Y para poder llegar hasta ella necesitarías la ayuda de otra estrella a la que llamarías papá.  Ambas están en la Tierra, esperando a que llegues si ese es tu deseo. “sí, sí por supuesto”, respondió la estrella aventurera.

            Una vez que llegues hasta la estrella mamá necesitarás un traje especial que se te hará a medida mientras estés dentro de ella, pero siempre guardarás un poco de polvo de estrellas dentro de él. Estará bien guardado y solo se podrá activar con la sonrisa. Eso lo entenderás cuando estés en la Tierra, ahora solo debes saber que una vez allí, te olvidarás por un tiempo que eres una estrella. Te olvidarás, porque te gustará tanto, tanto, estar en la Tierra, que harás todo lo posible para quedarte allí. Te gustará sentir las caricias, pasear entre los árboles, comer, bailar, saltar, reír con los amigos y amigas, recibir y hacer regalos, cantar como si fueras una super star, disfrutar del aroma de una flor, dejarte mecer por las olas del mar, jugar a enamorarte de otros, tantas y tantas cosas te gustarán, que te olvidarás que eres una estrella.

            Pero un día mirarás al Cielo y verás una estrella muy fuerte brillar y el polvo de estrellas que estaba guardado en ti, te hará vibrar y sin saber qué es, sentirás que te gusta ver las estrellas y una sonrisa se dibujará en tu cara. A partir de ese momento, empezarás a recordar que antes de estar en la Tierra, estabas en el Cielo y eras como una de esas estrellas que brillan para iluminar la obscuridad de la noche.

            Cada noche, al cerrar los ojos te verás bailando en un precioso círculo de luz, formado por tantas y tantas estrellas llenas de alegría, felicidad y sonriendo,y así te quedarás dormida. Por la mañana, al salir a la calle y al encontrarte con otras personas, que antes también eran estrellas, pero no lo recuerdan, sonríeles, pues así podrán activar el polvo de estrellas que también está en ellas. Tu sonrisa será la que les haga recordar que ellas también son estrellas.

            El día que tengas que regresar a tu hogar de estrella, alegremente te desharás de tu traje especial que se hizo a medida para ti, lo harás feliz y con la sonrisa en tu cara, acompañada de otras estrellas y juntas seguiréis el camino de regreso a casa, contando las aventuras de tu viaje en la Tierra. Lo mismo que harás cuando vuelvas de estas vacaciones y les cuentes a tus amigas y amigos todo lo que has hecho aquí este verano

Bella niña, recuerda que “eres polvo de estrellas” y que tu sonrisa y alegría lo activará cada día más. Gracias, por regalarme una sonrisa cada vez que me ves, me ayudas a recordar que yo también soy polvo de estrellas.

Cristina Martínez

Psicóloga y educadora social para La Paz

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