¿Por qué no gano dinero con mi trabajo?
¿Por qué no gano dinero con mi trabajo?
Encontrar nuestra misión de vida no suele ser fácil, pero más difícil aún es vivir de ello. El análisis transgeneracional lo justifica en la denominada 'reparación' de historias del pasado familiar

Dicen que todos tenemos un propósito de vida, que hemos venido al mundo a hacer algo concreto. Y estoy de acuerdo en el sentido de que todos tenemos unas habilidades naturales, que nos vienen dadas y con las que nos sentimos bien cuando las ejercitamos. Alrededor de esas habilidades surge nuestro propósito.
Muchas personas sufren porque se aburren, se sienten tristes y sus actividades diarias no les llenan. Esto ocurre porque no se conocen y no están alineadas con su verdadera naturaleza. Algunas de estas personas inician una búsqueda que les conduce a definirse mejor para saber para qué han nacido y desarrollarlo. Y parece que aquí se acabe el sufrimiento.
Sin embargo, esto no es más que el principio. Una vez descubierto tu propósito, la felicidad te la otorga vivir de él, vivir de esa actividad que tanto te gusta y tan feliz te hace. Y es aquí donde suele aparecer un gran escollo: a veces, después de muchos esfuerzos, no consiguen ganar el suficiente dinero y, en el peor de los casos, les toca abandonar sus sueños para caer de nuevo en la frustración y en la apatía.
En la teoría del análisis transgeneracional existe un término para denominar ese estado vital en el que “no gano dinero con mi trabajo”. Se utiliza el término ‘reparación’: se dice que si no estás ganando dinero con tu trabajo es porque estás reparando alguna historia del pasado familiar. O lo que es lo mismo, no estás desarrollando las tareas que quieres sino las que están programadas en ti.
Puedes detectar si con tu trabajo en el mundo te estás dedicando a reparar cuando hay una sensación de fondo (aunque sea sutil) de “me gustaría hacer otra cosa, “no me apetece hacer esto”, “como me agota este trabajo” o “no estoy seguro si es esto a lo que quiero dedicar mi vida”.
Ejemplos prácticos
Ahora quiero que pienses en tu trabajo actual o los anteriores y empieces a reflexionar sobre qué función cumples o cumplías y, poco a poco, le vayas encontrando relación con cuestiones familiares, teniendo en cuenta que muchas de estas funciones son arquetípicas. Como por ejemplo, ejercer de piloto te aproxima al cielo como metáfora inconsciente de estar cerca de algún familiar o amigo fallecido.
Vamos con algunos ejemplos. La administración de fincas está asociada a sucesos relacionados con herencias, los albañiles construyen casas para los que no tuvieron hogar, un enfermero cuida de los que no pudieron ser cuidados, la hostelería cumple una función de reunir a los familiares, los oficios relacionados con la comunicación quieren restablecer el contacto entre familiares que no se hablan o de los que nadie sabe nada, los militares y policías representan la autoridad y disciplina, los artistas expresan las emociones contenidas, un forense quiere entender las muertes inexplicables, el pediatra ansía atender a los niños, los profesores dan la educación que no pudo ser recibida, el socorrista evita las asfixias y así con cada una de las actividades.
Es el momento de hacerte las preguntas: ¿para qué me dedico a lo que me dedico? ¿Me gusta lo que hago? ¿Gano dinero con ello? Cuanto más en serio te tomes las respuestas, más fácil será tomar conciencia de que es aquello que estás reparando en tu familia y de cómo dejar de reparar para dedicar tu vida a tu propósito y además vivir de ello. Y te aseguro que jamás harás nada más importante.
¡Comparte este artículo!