¿Qué son las runas y para qué sirven?
¿Qué son las runas y para qué sirven?
Su origen señala al mundo vikingo y tras su simbología se encuentra un pasado ligado al ocultismo, usándose ahora como método adivinatorio

Las runas vikingas, lejos de ser un mero alfabeto antiguo, representan la esencia de las deidades escandinavas. En la simplicidad de sus formas encontramos el conocimiento ancestral revelado por el Padre Wotan, quien se sacrificó colgándose del Árbol del Mundo durante nueve días y nueve noches atravesado por su lanza; al noveno día miro hacia sus raíces y allí, entre sus entrañas, halló un conjunto de caracteres de donde manaban el resto, que formaban la runa de la creación y la destrucción, Hagalaz.
El mundo vikingo está plagado de sacrificios humanos u ofrendas carnales a cambio de ciertos dotes o poderes. Este es el caso de Wotan u Odín, pero también Tyr, el dios de la justicia y de la guerra, a quien se asocia con la runa Tîwaz. En su caso, introdujo su brazo en las fauces del temible lobo Fenrir mientras era encadenado para evitar que su furia fuera desatada por los nueve mundos, y así se ganó el apelativo de dios manco.
Todas estas historias llegaron hasta nosotros por medio de las crónicas romanas, que fueron recopilando toda la información sobre los pueblos conquistados por el Imperio, y posteriormente escritas en los multitudinarios monasterios cistercienses en época del emperador Carlomagno. Así, ese conocimiento de una tradición principalmente oral, se trasladó a papel y de ese modo llegó hasta nosotros.
Con el paso de los tiempos se ha ido adulterando gradualmente, hasta ser un mero instrumento de adivinación vulgar o una mera estética. Sin embargo estamos hablando de una rica simbología, ya utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por el partido Nacional Socialista, que mezclando esa antigua tradición con la política, llegó a alcanzar una pésima fama dada por los nuevos movimientos nacional-socialistas; de ahí el rechazo generalizado por la mayoría de la gente que desconoce éste origen místico.
Sin embargo hubieron otros individuos que cabe destacar, como es la figura de Else Christensen, que rescataron esa tradición religiosa del marco político y fundaron lo que hoy conocemos como Odinismo o el Asatrú.
El Futhark
Son veinticuatro runas las que conforman el denominado Futhark, que son las principales letras o caracteres que componen su total. Su aumento se debe a las variaciones dadas con el paso del tiempo, que por desgracia inventan o incorporan nuevos modelos más atractivos para el público actual.
La esencia misma de las runas se encuentra en nuestra vida diaria, son el mensaje de los dioses ancestrales de la naturaleza: las podemos ver en un rayo de sol, en el agua, el fuego, las plantas o cualquier elemento que podamos imaginar. Su esencia reside en su mensaje, pues no todos poseen un conocimiento suficiente para poder llevar a cabo su interpretación. Son consejeras y amigas en los momentos de declive, nos ayudan a enfocarnos o a protegernos frentes a energías externar; podemos hacer amuletos, símbolos de bendición, escritura y hasta tiradas de adivinación.
Todo es interpretable: las runas son solo un método más simplificado del ocultismo. Sin embargo los antiguos druidas celtas eran capaces de revelar los designios de los dioses simplemente observando el vuelo de los pájaros; esa es la clave. Muchas veces contemplamos lo que nos rodea, pero no vemos las señales y no reflexionamos sobre ello. Descartando toda superstición, debemos abrirnos a lo que nos rodea, aprender a mirar, interpretar las señales y en ese preciso momento descubriremos nuestra propia esencia y las runas ya no serán necesarias.
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